ESTOY DE MALAS ¿Y?
Todos queremos ser amados, aprobados, valorados y es por esto que muchas veces nos cuesta aceptar que todos tenemos aspectos luminosos y aspectos oscuros los cuales tratamos de ocultar a los demás para no sentirnos juzgados. Pero el depender de la opinión de los demás es lo que nos lleva a que nuestra autoestima caiga al suelo. Al aceptarnos tal y como somos aprendemos a conocernos a fondo y a querernos con nuestros talentos y virtudes, y también con todas las partes que no nos gustan. Tal vez estás pensando que es más fácilo decirlo que hacerlo, cuando termines de leer verás este cambio mucho más tangible.
Todas las personas tenemos cualidades que tienen polaridad, es decir, yo muchas veces soy tranquila pero otras estoy como un torbellino, soy valiente pero también tengo miedo, a veces estoy feliz y otras triste y el reconocer esto es lo que hace que mi personalidad sea real y auténtica. No hay persona que solo tenga una parte de cada cualidad, todos tenemos las dos polaridades ya que para conocer una por ejemplo la valentía tengo que conocer el miedo.
Las personas que aceptan sus dos partes son las más saludables emocionalmente ya que no necesitan que nadie las apruebe porque no hay que probar nada a nadie, yo me conozco y me siento feliz con ello. No tengo que estar pendiente de la aprobación de nadie.
Algo que me ha ayudado mucho a mi es no cederle mi autoestima a NADIE, así con mayúsculas a NADIE, yo soy la dueña absoluta de mi auto-concepto porque si yo le cedo este poder a otra persona estaré vulnerable a su buen humor o a su mal humor, y definitivamente uno tiene suficiente con sus propios cambios como para estar a merced de otros. No te tomes el mal humor de otros de forma personal, cada cabeza es un mundo y probablemente no sabes porqué esa persona está actuando negativamente hacia ti.
Muchas veces nos cuesta el aceptarnos como apáticos, celosos, intransigentes, odiosos… y muchas características más. La vida nos lleva a toparnos con personas con las que por algún motivo sacamos estas cualidades a flote y es cuando empezamos a dejar de aprobarnos, a ceder nuestra autoestima y somos los más duros críticos de nosotros mismos. Al tomar conciencia de nuestras polaridades es cuando dejamos de preocuparnos por la opinión de los demás, y comenzamos a entender nuestras reacciones y actitudes.
Cuando vemos que no pasa nada si estoy feliz y otras veces triste es cuando nuestro auto-concepto se fortalece y entendemos que no son los demás los que no nos aceptan, sino que somos nosotros mismos al sentirnos vulnerables, y al estar al “pendiente” de lo que los demás opinen. Claro que esto no nos da derecho a lastimar a otras personas, sino que es una forma de entendernos y querernos profundamente, a pesar de nuestros altibajos emocionales.
Aprendamos a dirigir nuestra vida, a no depender emocionalmente de los demás y tomar nuestras propias decisiones. Es entonces cuando haremos lo que verdaderamente queremos hacer y no lo que creemos que los demás esperan de nosotros.